A Angela Anderson le bastaron unos pocos paseos matutinos por la playa de la Barceloneta para descubrir que vivía a las orillas de un mar de suciedad y plástico. Las colillas, las toallitas higiénicas, las latas de cerveza o los tapones de botellas escondidos entre la arena le causaron un gran impacto, explica esta joven británica de 14 años afincada en Barcelona. Pero la basura que lanzaban unos se acabó por convertir en un fantástico material artístico para ella y sus compañeros del proyecto escolar Our Dream School. Su obra La Mujer (es la imagen de esta entrada), en el que se observa a una forma femenina hecha con papel maché sumergida entre la basura que ella y sus compañeros recogieron en la arena, fue una de las 60 piezas expuestas en la 22ª edición del Festival Internacional de Arte Sostenible Drap-Art.
Porque concienciar es también crear, el festival convirtió el Museo Marítimo de Barcelona en un centro reivindicativo de la cultura sostenible con un claro mensaje: no hay mejor forma para reclamar unos mares y océanos más sostenibles que hacer de la basura, arte.