Los alumnos adolescentes del instituto Antonio Calvín de Almagro (Ciudad Real) van a poner una nevera en la plaza, junto al corral de comedias, para que los vecinos la llenen con las sobras de la comida y puedan aprovecharlas quienes lo necesiten. También quieren recoger en los supermercados los alimentos que están a punto de caducar y repartirlos entre las familias que no llegan a fin de mes.
Este centro educativo público ha iniciado una campaña contra el despilfarro de comida que ha puesto a Kevin, Julián y José Alejandro, alumnos de 16 y 17 años de FP Básica, a elaborar un business plan: han montado una empresa de reparto solidario de comida y la han llamado Ayudantes Alimentarios; los respaldan el Ayuntamiento, la Cruz Roja, la Iglesia y el Banco de Alimentos y en unos meses comenzarán a funcionar en serio.
Todo el instituto trabaja para ponerle freno al consumo excesivo y concienciar sobre las razones éticas, económicas y ambientales de aprovechar bien todo lo que se compra.
Publicamos este extracto del artículo del periódico EL MUNDO porque creemos que es una magnífica iniciativa de los alumn@s de este centro. Aprovechamos para releer la entrada del blog ,con fecha 27 de mayo de 2018 , titulada Las cifras del desperdicio de comida y reflexionar sobre este tema tan importante.